Adentrarse en el territorio de las Islas Galápagos implica replantearse la relación que durante miles de años ha existido entre las personas y los animales. Uno de los ejemplos más impresionantes acontece en la playa de la Lobería de San Cristóbal, la más oriental de las islas del archipiélago. Allí se encuentran de manera permanente  colonias de cientos de lobos marinos, que viven plácidamente ajenos a la presencia de los seres humanos.

Muy cerca del estrecho sendero que conduce a la playa encontramos nidos con huevos de piqueros de patas azules, con sus simpáticos progenitores protegiendo su pequeño reino. La vegetación autóctona está representada por mangles, palo santo o algodón.

El primer contacto es sobrecogedor. Más allá de la fina y blanca arena coralina enmarcada en un océano de gradaciones azules, la bienvenida llega en forma de un enorme rugido que ofrece el macho dominante -son animales extremadamente territoriales-, replicado por cerca de 30 hembras que responden al unísono,  como si de un coro  se tratara.

Tras esta cordial presentación puedes aproximarte un poco más a este majestuoso mamífero marino, que puede llegar a pesar 250 kilos,  en busca de la codiciada fotografía. Cerca de ellos también encontramos pelícanos, pinzones. También iguanas marinas, que se mueven con una colosal lentitud, como si estuvieran realizando taichí.

Pero el gran espectáculo lo ofrecen los lobos marinos, que gracias a esta no injerencia humana nos  permite contemplar a escasos centímetros la maravilla de la vida salvaje: una madre dando  los primeros lametazos a su hija recién nacida, alguno de los machos dominantes dormitando, jugando o reprimiendo a algún joven ejemplar con anhelos de liderazgo.

La presencia de grandes piedras volcánicas en la playa -muy semejantes en forma y color a los lobos marinos-, genera un curioso efecto óptico, ya que por momentos rocas y animales se mimetizan en un solo.

Luego de esta intensa experiencia apetece darse un refrescante baño. Para ello tan sólo hay que avanzar unos metros para poder disfrutar de unas aguas cristalinas y tranquilas,  donde a menudo se encuentran tortugas marinas, siempre dispuestas a acompañarnos durante nuestro paseo submarino. No hay que asustarse si cerca de nosotros pasa vertiginosamente un lobo marino, nada que ver con su torpeza terrestre. A pesar de que esta área no forma parte del Parque Nacional de Galápagos, la zona está permanentemente protegida, con áreas de paseo bien delimitadas.

La Lobería está ubicada a tan solo 10 minutos del aeropuerto de San Cristóbal. Desde Puerto Baquerizo Moreno, capital de la provincia de Galápagos, se puede coger un taxi-camioneta, que tarda unos 20 minutos en llegar a la idílica playa.

Otra aventura que se pueden vivir en la isla de San Cristóbal es  visitar el León Dormido (también llamado Kicker Rock), un islote que recuerda la silueta  del rey de los felinos, ubicado al oeste de San Cristóbal, a unos 50 minutos de navegación desde Puerto Baquerizo Moreno.

Llegar a este destino es fácil. Tan sólo hay que contratar la excursión de un día en cualquiera de las numerosas agencias turísticas que existen. Al cabo de 30 minutos ya se comienza a otear la gran mole en medio del horizonte. Al llegar se puede comprobar que está partida literalmente en dos partes, constituyendo un amplio canal de aguas limpias y tranquilas, lugar donde habitan un amplio espectro de especies marinas.

En la orilla encontramos algún lobo marino y aves que anidan en sus paredes, pero lo más interesante está bajo el mar. Se puede hacer buceo con equipo, pero la mayoría de la gente prefiere el snorkel, una opción mucho más sencilla y económica.

Tras el breve desconcierto de sumergirse en el agua aparece un espectáculo que enmudece la retina: miles de pececillos de colores, grandes barracudas, peces payaso, tortugas, rayas  e incluso varias especies de tiburones como el de Galápagos, el tiburón de aleta blanca o el sorprendente tiburón martillo.

Lejos de la mala fama que arrastran, gracias a la saga de Steven Spielberg, los tiburones se muestran dóciles y tranquilos, rodeados de un grupo de turistas que no dejan de tomarles fotografías acuáticas. El guía  no recuerda ningún ataque a humanos durante más de 15 años de trabajo.

Minutos antes de volver a la superficie, sobre un manto coralino aparece una enorme raya águila de tres metros. El espectáculo que ofrece, planeando  ingrávidamente a través de las corrientes submarinas es soberbio, como si se tratara  de un ser de otro planeta. Una escena que demuestra que el realismo mágico también habita en el mundo submarino.

 

Las Galápagos son un archipiélago de islas ubicadas en el Océano Pacífico, a 972 kilómetros de Ecuador, país al que pertenecen desde 1.832. Está conformado por 13 islas de más de 10 kilómetros cuadros, 6 islas medianas y 215 islotes. Las islas fueron declaradas en 1978 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Cerca de 200.000 turistas la visitan anualmente.

Dinero

  • El dólar americano es la moneda oficial de Ecuador. 1 USD = 3.27 pesos colombianos
  • Existen cajeros automáticos en las principales ciudades del archipiélago. También se puede pagar con tarjeta en los establecimientos y restaurantes
  • Al ser un archipiélago gran parte de los productos son importados vía aérea o marítima. Esto hace que los precios sean cerca de un 25% más caros que en el continente
  • Las propinas suelen estar incluidas en las cuentas de los restaurantes, sino lo están lo normal es aplicar un 10%

Transporte

Dentro de las Islas Galápagos existe en transporte marítimo y terrestre. Varias embarcaciones y lanchas rápidas conectan las principales islas diariamente. Para moverse por tierra existen tanto un servicio de pequeños autobuses y taxis.  También está muy extendido el uso de la bicicleta, con numerosos locales para su alquiler.

Dónde dormir

  • Casa Opuntia Galápagos. Calle Charles Darwin, Playa de Oro, Puerto Baquerizo Moreno
  • Galápagos Eco Lodge, Avenida 12 de febrero y Jaime Roldón, Puerto Baquerizo Moreno
  • Casa Iguana Mar y Sol. Barrio Playa de Oro, Puerto Baquerizo Moreno
  • Hostal Casa de Laura. Callejón 2, Avenida Armada Nacional, Puerto Baquerizo Moreno