Publicado en El País

Las angostas y laberínticas calles del casco gótico de Palma esconden numerosos secretos. Uno de ellos se descubre a través de puertas medio abiertas: los patios de las casas señoriales.

Estos palacetes han sido testimonios de la evolución arquitectónica del barrio antiguo de Palma, desde el siglo XIII hasta finales del XIX. Las enormes puertas de madera de la entrada dan paso a unos patios que han permanecido aislados durante siglos, como un endemismo insular. Los hay abiertos, con jardines cerrados, plagados de helechos y geranios, con elementos propios de la casa gótica catalana, construidos con el equilibrio del Renacimiento o con la voluptuosidad del Barroco.

 

 

Los suelos del patio están empedrados, con una pequeña inclinación para recoger el agua. En ocasiones hay un pozo, siempre abundan las macetas. Las ventanas se adornan con hierros forjados y balaustradas. También hay cocheras para los antiguos carros de caballos y rejas por las que contemplar su silenciosa majestuosidad.

La empresa Portal Forà organiza visitas a los patios. Tienen una duración de unas dos horas. De lunes a viernes, cuatro rutas al día en horario de mañana y tarde. Se realizan en castellano, catalán, inglés y alemán, francés e italiano. La entrada tiene un precio de ocho euros con 20% de descuento para residentes, parados, jubilados y grupos. La venta de entradas y punto de partida de las rutas está situada en el Estudi General Lul·lià de Palma (calle Sant Roc, 4). Teléfono de información y reservas: 971 724 268