En Siem Reap hace calor, mucho calor. Puede llegar a ser verdaderamente sofocante. Luego de visitar durante seis o siete horas el fastuoso complejo religioso de Angkor Wat el cuerpo pide con urgencia un descanso. No se me ocurre una mejor idea para retomar fuerzas que tomarte una cerveza bien fría, darte un baño en la piscina y leer un libro bajo una buena sombra. 

© Miguel Ángel Vicente de Vera

Esa mágica combinación es la que ofrece el Hotel Memoire Palace Resort and Spa, pero mucho cuidado, no se trata de una piscina cualquiera: es la más grande y fastuosa de la ciudad. Su innovador y moderno diseño circular es cuanto menos sorprendente. Imagínate una piscina salada redonda dentro de otra gigante de forma circular a la que puedes llegar desde cada una de las villas del hotel. Acceso directo! Además tienes hamacas para descansar dentro de la piscina y un maravilloso pool bar por si no quieres abandonar en ningún momento tu vida acuática. 

Pero esta maravilla de la ingeniería es solo una pequeña parte de este hotel, en el que estuvimos tres noches alojados y nos conquistó el corazón. Tan solo tiene unos cuatro meses de vida y todo está reluciente. Es un pequeño placer – el tenerlo todo nuevo- que no siempre se puede disfrutar. Dispone de unas 50 habitaciones estilo villa con un elegante toque colonial. Son muy amplias, con un salón muy grande, baño con bañera, ducha tipo lluvia y todos los accesorios imaginables. Me encantó la terraza con una cama tipo balinésica para tumbarse y disfrutar de las puestas de sol. 

© Miguel Ángel Vicente de Vera

El equipo humano, liderado por el señor Philippe Kao es la máxima expresión de la bondad y el buen servicio. Creo que Camboya es el país del Sudeste Asiático donde con más entusiasmo y entrega los trabajadores tratan a sus clientes, y en el Memoire Palace ese concepto llega a su máxima expresión.

En esa misma línea está la oferta gastronómica. Los desayunos son épicos, no les falta de nada: quesos franceses, salmón noruego, embutidos Europa, cafés de autor, platos a la carta -los huevos benedictinos son una maravilla-, cereales, zumos naturales. Imposible nombrarlo todo. Por las noches tienen un servicio a la carta igual de excepcional. Y a precios muy razonables.

© Miguel Ángel Vicente de Vera

No puedo dejar de mencionar el enorme Spa del hotel, con todo un edificio dedicado a los masajes, con jacuzzis, saunas, y otros espacios varios para el cuidado del cuerpo. El gimnasio totalmente equipado está también a la altura.

© Miguel Ángel Vicente de Vera

Siem Reap

Hasta hace poco a Siem Reap ibas ver el fascinante complejo de Angkor Wat y te ibas disparado hacia tu próximo destino. Pero eso es ya historia. La ciudad está creciendo rápidamente, y cada día ofrece una mejor y más amplia oferta de ocio y turismo. Hay de todo y para todos: música en vivo, discotecas, restaurantes, actividades de aventura, shows artísticos, marionetas y la hipnótica Pub Street, que con sus luces de neón cada noche atrae a cientos de turistas en busca de diversión. No te lo pierdas. Durante el día te recomiendo que visites el Old Market, donde puedes sumergirte en la basta variedad y riqueza de productos, olores y sabores de Camboya.

Etiquetas :