Nada más avistarla en el horizonte te percatas de no va a ser un destino más en tus recuerdos mochileros. Sus playas de arena blanca son como una alfombra que te da la bienvenida. Palmeras, selva, bares frente al mar, un columpio para ver los atardeceres, todo el mundo feliz… Es la idílica estampa de las playas de Tailandia, pero también existen en Camboya, claro que sí.

Koh Rong Saloem es la hermana pequeña. La mayor tan solo se llama Koh Rong, pero varias personas que visitaron las dos nos recomendaron esta, más pequeña y con unas mejores infraestructuras. Lo que más nos gustó de esta isla es que puedes ir a descansar y desconectar del mundo -de verdad que es muy fácil-, pero también puedes vivir el ambiente mochilero, con cervezas al final del día, restaurantes a precios económicos donde tomar pescado fresco (platos a cuatro dólares americanos, pescado a la brasa ocho dólares), y cervezas a un dólar.
 

El resto consiste en descansar en un entorno idílico, pacífico y alejado del mundo. Mucha gente agradece estas vibraciones luego de recorrer en bus el país. Me parece un excelente destino para despedirse de Camboya.

Para descansar hay una amplia oferta hotelera. En nuestro caso elegimos el Pearl Resort Camboya y la verdad es que nos encantó. Está frente a la playa principal, a unos cuatro minutos en barca (tienes transfer gratuito del hotel), de esta manera descansas de verdad, ya que en el pueblito las fiestas y la música puntualmente puedes ser un problema.

El resort consta de unos maravillosos departamentos privados, de un estilo sobrio y minimalista. Se trata de estructuras cuadradas con amplios ventanales con vistas a un amplio mar. Muchas de ellas disponen de jacuzzi particular. En su interior destaca una amplia cama super cómoda, además de un baño moderno con todas las comodidades posibles. A destacar la paz que se se respira en el resort.

Pero lo mejor está todavía por llegar. Una amplia piscina, con vistas al mar y una zona de descanso con hamacas y vistas al mar. Frente a ti tienes una playa privada, perfecta para turismo familiar, pero también para parejas. las puestas de sol son simplemente espectaculares. En la parte de la derecha abunda el coral y una infinidad de pececillos de colores.

Y qué tal una cena romántica? La cocina del Pearl Resort es soberbia. Ofrecen una amplia carta de mariscos y pescados a unos precios muy competitivos. Los langostinos asados en mantequilla son una delicia. Lo mismo que su generoso desayuno. El equipo humano es la otra pieza de este perfecto engranaje. Comandados por el Manager General, el señor, Ruz un eficiente equipo de trabajadores atentos y cariñosos están siempre pendientes de que el cliente esté feliz y viva una experiencia inolvidable. Y así fue!

 

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