El futuro ya esta aquí, se llama Singapur y es extremadamente fotogénico. Desde el instante en el que aterrizas en el aeropuerto, el móvil pasa a ser una extensión de tu muñeca. No hay que olvidarse la batería extra, el que avisa no es traidor. Esta condición, junto a su vibrante noche, su oferta de ocio y su cautivadora gastronomía, convierten a esta ciudad-estado en un territorio abolutamente millennial.

Para ir abriendo boca, este aeropuerto de Changi, galardonado varias veces como el mejor del mundo, dispone de un enorme orquideario tamaño jardín botánico, esculturas de agua, jardines verticales por doquier y algo que se irá repitiendo en cada rincón de Singapur: un delicado sentido de la armonía, el detalle y la proporción expresada a través de lo cotidiano.

Singapur Changi
Singapur

Salir expulsado en la estación de Bugis, ya en el corazón del Singapur financiero, tiene algo de visión mística: decenas de rascacielos ocupan el espacio como grandes monolitos. La atmósfera emana un aroma aséptico y trascendente, de un futuro para nada distópico, más cercano a Minority Report que a Blade Runner. La segunda sensación es la de un calor sofocante con altas cotas de humedad. Tu cuerpo comienza a sudar, por todos y cada uno de los poros, incluso en zonas donde creías que no se podía sudar.

Los amantes de la arquitectura encontrarán aquí su particular parque temático. Obras de Sir Norman Foster, Philippe Starck o Todo Ito campan a sus anchas en las principales avenidas. A destacar dos soberanos rascacielos de Foster (Beach road), con jardines verticales y espacios públicos conectados por una gigante pérgola de formas ondulantes.

 

Marina Bay Sands

Si hablamos de arquitectura icónica de Singapur, debemos mencionar el hotel Marina Bay Sands, obra del arquitecto Moshe Safdie. Tres gigantescas torres rectangulares de 200 metros de altura, coronadas por una plataforma con forma ovalada, que contiene la piscina infinita más larga del mundo, de 150 metros de longitud, una maravilla de la ingeniería.

Ver la puesta de sol desde la piscina y contemplar como la ciudad se viste de luces mientras suena una leve música chill out es uno de esos momentos que te llevas a la tumba.Vivir 24 horas en este hotel implica acceder a un nuevo concepto hotelero.No hay que hacer colas, desde cualquier habitación tienes acceso a las piscina, las habitaciones amplias y con vistas de infarto.

 

Museo de la Ciencia

Su oferta de restauración no se queda a la zaga. Hay comida asiática, europea y fusión. Una excelente opción es el Adrift de David Myers, un reputado chef norteamericano que combina a la perfección la cocina fusión. Cada uno de sus platos es una composición casi artística, como el calamar a la brasa con verduras o el tartar de solomillo te cambiarán la vida.

 

Adrift

La noche es joven y la vida es corta así que a quemar las naves. Muchos de los locales de moda están ubicados en hoteles. El Hotel Andaz es uno de ellos. El lugar para para ver y que te vean. Ambiente hiper sofisticado para tomarte la primera copa de la noche, con unas vistas de la bahía maravillosas y de nuevo una piscina infinita con todo lo necesario para vivir tu momento más glamuroso. Su carta de cocteles y el servicio es impecable. Un tip muy a tener en cuenta: si te hospedas en el hotel tienes cada día de 17:00 a 19:00 barra libre de bebidas alcohólicas. El Andaz ofrece también una experiencia hotelera al más alto nivel. A destacar la cuidada carta, el brunch y unos desayunos tipo buffet de primera categoría, de esos que te dejan sin hambre y feliz hasta la cena.

 

Hotel Andaz
Marina Bay Sands

 

DESTINO INSTAGRAMER

La gastronomía es otro de los puntos fuertes de este destino. Destaca la maravillosa fusión de comida china, malaya e hindú, pero siempre con el toque local que le da un carácter único. Para cenar hay cientos de restaurantes para todos los gustos y bolsillos. Es importante vivir la experiencia en Chinatown, con decenas de puestos de comida callejera, farolillos rojos y todo el imaginario asiático. La comida es realmente sabrosa. ¿Nuestra recomendación? las carnes a la parrilla aderezadas con multitud de salsas o los platos de pasta estilo malayo con pasta, pollo y brotes de soja.

 

Singapur

 

Y como ocurre tantas veces en la vida, lo mejor se deja para el final. Una visita a Singapur tiene que incluir los jardines Gardens By the Bay. De día puedes visitar sus dos invernaderos, con cascada incluida o bien una escultura gigante de una bebé que seguro que te saca una sonrisa. Por la noche es cuando muestran toda su grandeza. Hay show de luces a las 20:15, 21:15 y 22:00. No es la imagen más ingeniosa pero sí la más efectiva: la película Avatar, con grandes palmeras metálicas que se iluminan de azules, rojos y verdes fluorescentes conectada por una rampa metálica en un parque con una diversidad botánica monumental.Hay luces parpadeantes sincronizadas con la música, sorpresas, y el móvil que da su último suspiro.