Caminar por un puente de madera sobre plantaciones de arroz rodeado por colinas verdes en la exótica ciudad de Luang Prabang, en Laos. Contemplar una  puesta de sol increíble, con un sol que baña en rojo el horizonte, desayunar como si estuvieras en París en un hotel de cinco estrellas, regalarle un capricho al cuerpo y disfrutar de unos masajes en unas instalaciones amplias, con estanques y vistas panorámicas…

 

Esto es una pequeña pincelada de todo lo que puedes experimentar en el Hotel Pullman Luang Prabang, que abrió sus puertas en la fascinante Luang Prabang hace tan solo cinco meses. Y justo esta condición lo hace muy reseñable: todas las instalaciones son nuevas, con la última tecnología posible, sus123 habitaciones ofrecen unas instalaciones de última generación, como por ejemplo un botón directo para solicitar que arreglen tu habitación, o equipos de música de la reputada marca Bosé. La decoración es elegante y sofisticada. Los espacios son amplios, muchas de las habitaciones poseen una bañera y terrazas siempre con vistas de ensueño.

 

La disposición de las habitaciones es circular. Todas ellas dan a unos cuidados jardines, donde se encuentran los espacios públicos, como tres piscinas -una para jóvenes, otra familiar y una tercera para niños- y un bar abierto. Los 42 kilómetros cuadrados del Pullman Luang Prabang ofrecen una sensación de amplitud muy agradable, la belleza de los espacios y jardines con flores de loto y nenúfares invitan a pasearlo. A pesar de ello las distancias son muy agradables, y en caso de que no te apetezca caminar tienes siempre a tu disposición unos carritos eléctricos.

Experiencia gastronómica

La gastronomía es una parte sustancial de la experiencia hotelera. En este aspecto el Pullman Luang Prabang aprueba con sobresaliente. Se nota que detrás de la cocina hay un chef francés, quizás una de las naciones que mejor conocen los misterios de la alta gastronomía. Los desayunos son toda una experiencia. Son metros y metros de una enorme barra en la que literalmente no falta de nada:  yogures, zumos naturales, gramolas, quesos europeos, bacon, jamón, embutidos varios, ensaladas, huevos a la carta, dulces, croissants, todo está exquisito. Por las noche puedes probar por una carta con precios más que razonables en su restaurante L’Atelier. Para ser un hotel de cinco estrellas recién estrenado con estas características los precios por noche, que parten de los 200 euros para dos personas con desayuno incluido son más que justos.

Una delicia es la sección del hotel dedicada a los masajes. Son varios edificios conectados por un lago donde puedes recibir manicuras, pedicuras  y masajes varios. Muy interesante el Jardín de Infancia para niños. Realmente admirable. Unas instalaciones perfectas para los niños, con muchísimos juguetes y unas profesora que se encarga de ellos. Hasta los baños están a la altura de los pequeños.

Sin lugar a dudas una elección del todo acertada para vivir unos días de ensueño en Luang Prabang, ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad. Un destino que por sí mismo ya merece la visita a Laos. Pero te aseguro que a pesar de todo ese magnífico escenario te costará mucho abandonar el hotel.